
La biodiversidad de la Amazonia sigue revelando sus secretos con potencial transformador. Esta vez, el hallazgo proviene de una criatura temida por muchos: el escorpión Brotheas amazonicus. Investigadores de la Universidad de São Paulo (USP) han identificado en su veneno una molécula con prometedoras propiedades antitumorales que podría revolucionar el tratamiento contra el cáncer de mama.
La molécula, denominada BamazScplp1, fue presentada durante la Semana FAPESP Francia, celebrada en junio en Toulouse. De acuerdo con los estudios de laboratorio realizados por la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de Ribeirão Preto (FCFRP-USP), esta sustancia mostró una eficacia comparable al paclitaxel, uno de los medicamentos de quimioterapia más utilizados actualmente para combatir el cáncer de mama. Lo más relevante es su capacidad para inducir la muerte de células cancerosas principalmente por necrosis, un mecanismo que puede atacar tumores resistentes a otras formas de tratamiento.
El hallazgo es resultado de un proceso de bioprospección, es decir, la búsqueda sistemática de compuestos bioactivos en organismos de la naturaleza. La coordinadora del estudio, la profesora Eliane Candiani Arantes, destacó que este tipo de investigaciones representan una valiosa forma de aprovechar los recursos naturales de forma sostenible, al tiempo que se generan nuevas herramientas terapéuticas.
Este avance forma parte de un proyecto más amplio impulsado por el Centro de Ciencia Traslacional y Desarrollo Biofarmacéutico (CTS), vinculado al Centro de Estudios de Venenos y Animales Venenosos (CEVAP) de la UNESP. Allí, los científicos brasileños han centrado sus esfuerzos en desarrollar biofármacos derivados de toxinas animales, como las de serpientes y escorpiones, aplicándolos a áreas tan diversas como la oncología, la neurociencia y la medicina regenerativa.
Uno de los logros más destacados de este grupo es el desarrollo de un sellador de fibrina, una especie de pegamento biológico que se utiliza para tratar lesiones óseas, unir nervios o promover la recuperación tras lesiones medulares. Este producto, basado en enzimas de venenos de serpientes y componentes sanguíneos animales, ya se encuentra en ensayos clínicos de fase 3. Además, los investigadores han clonado recientemente una enzima clave, la colinaína-1, proveniente del veneno de serpiente de cascabel, para facilitar su producción a gran escala.
En paralelo, también se han identificado neurotoxinas de escorpión con potencial inmunosupresor, que podrían abrir nuevas líneas de tratamiento para enfermedades autoinmunes o facilitar trasplantes. La visión a largo plazo incluye producir estas toxinas mediante biotecnología, lo que permitiría obtenerlas sin depender directamente de animales silvestres.
El siguiente paso con la molécula BamazScplp1 será su producción mediante expresión heteróloga en levaduras, una técnica biotecnológica que facilitará su estudio en modelos preclínicos y eventualmente su desarrollo como fármaco. Este proceso representa un puente entre la investigación básica y la creación de soluciones médicas accesibles para la población.
Brasil, con su vasto patrimonio natural y el impulso de instituciones como CancerThera, en Campinas, se perfila como un actor clave en la generación de tratamientos innovadores basados en biotecnología. La convergencia entre biodiversidad, ciencia y salud no solo representa una oportunidad para mejorar la atención médica, sino también una forma de revalorizar los ecosistemas del país.
La posibilidad de que el veneno de un escorpión amazónico se convierta en un medicamento contra el cáncer de mama es una muestra clara de que la naturaleza sigue siendo una fuente inagotable de soluciones. En el contexto de la lucha global contra esta enfermedad, cada descubrimiento cuenta, y este podría ser un paso decisivo.