
El Gran Premio de Italia 2025 arrancó con todo el espectáculo que caracteriza al histórico circuito de Monza, donde la pasión de los tifosi volvió a hacerse sentir desde el primer minuto. La jornada de prácticas libres dejó un balance vibrante: Ferrari arrancó con fuerza en la FP1, pero McLaren respondió con contundencia en la FP2, marcando un inicio de fin de semana impredecible.
En la primera sesión, Lewis Hamilton cumplió el sueño de muchos italianos al colocarse en lo más alto con el Ferrari, marcando 1:20.1 y dejando en segundo lugar a su compañero Charles Leclerc, desatando una auténtica fiesta en las gradas. La dupla del Cavallino Rampante mostró un ritmo sólido que encendió las ilusiones, aunque Hamilton arrastra una penalización en parrilla que lo hará retroceder posiciones el domingo. Aún así, su rendimiento confirma que Ferrari está dispuesto a pelear en casa.
Sin embargo, la tarde cambió de guion: en la FP2, el británico Lando Norris (McLaren) detuvo el cronómetro en 1:19.878, superando por apenas unas décimas a Leclerc y dejando en tercer puesto a Carlos Sainz Jr., quien con su Williams sorprendió al colarse entre los líderes. El español se mostró cómodo en el trazado y advirtió que dará pelea el resto del fin de semana, reforzando la narrativa de que Williams vive un renacer competitivo.
Por detrás, Max Verstappen mantuvo el acecho con Red Bull, ubicándose cuarto en la primera práctica y confirmando que la escudería austriaca sigue teniendo recursos para dar batalla, aunque ya no domina con la claridad de temporadas pasadas.
El día también tuvo su dosis de drama con el joven italiano Andrea Kimi Antonelli, quien sufrió un despiste en Lesmo 2 que provocó bandera roja. El piloto de Mercedes quedó atorado en la grava y aunque no hubo consecuencias físicas, el incidente encendió debates sobre si su salto a la Fórmula 1 fue demasiado acelerado. A pesar del tropiezo, Antonelli aseguró que mantiene la confianza: “Fue un error, pero seguimos adelante. No cambia mi enfoque”, declaró.
Más allá de los cronómetros, lo que se vivió en Monza fue una auténtica fiesta. Las tribunas pintadas de rojo, los cánticos por Ferrari y la expectativa de ver a Hamilton y Leclerc pelear en casa contra McLaren y Red Bull marcan un ambiente eléctrico. La combinación de un Ferrari competitivo, un McLaren ambicioso y un Verstappen que nunca se da por vencido anticipa una carrera explosiva el domingo.
Los fanáticos saben que Monza siempre entrega momentos memorables y esta edición no parece ser la excepción. Con Ferrari soñando frente a su gente, McLaren dispuesto a arruinar la fiesta y Norris consolidándose como amenaza real en el campeonato, la batalla por Italia apenas comienza.