
La UNESCO lanzó una alerta este 8 de septiembre, Día Internacional de la Alfabetización, al advertir que la crisis educativa provocada por la pandemia de COVID-19 sigue latente y amenaza con comprometer el futuro de millones de niños, niñas y adolescentes en todo el mundo.
Aunque la vida cotidiana parece haber retomado su curso, la educación aún arrastra un rezago silencioso. De acuerdo con datos de la organización, en 2024 cuatro de cada diez niños no alcanzaban el nivel mínimo de competencia lectora, mientras que 272 millones de menores estaban fuera de la escuela en 2023. En total, al menos 739 millones de jóvenes y adultos carecen todavía de habilidades básicas de lectura y escritura.
El organismo recordó que la alfabetización es un derecho humano fundamental y un pilar para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Sin embargo, el impacto de la pandemia amplió las desigualdades educativas: los cierres escolares dejaron a más de 1,600 millones de estudiantes fuera de las aulas en 2020, y hacia 2022, casi 24 millones no habían regresado a la educación formal, de los cuales 11 millones eran niñas y mujeres jóvenes.
La falta de acceso a la tecnología profundizó la brecha. Mientras en países desarrollados se implementaron plataformas digitales, en naciones de ingresos bajos y medios la educación a distancia se limitó en muchos casos a radio o televisión, dejando fuera a millones de estudiantes. En promedio, los cierres escolares se prolongaron 224 días, más en regiones con menos recursos. Hoy, uno de cada cinco estudiantes de primaria no alcanza el nivel mínimo de comprensión lectora, y en países de ingresos bajos y medios, más del 50% de los niños de 10 años no pueden leer un texto simple con fluidez.
La UNESCO enfatiza que revertir este panorama es posible con políticas educativas sólidas, inversión suficiente y programas específicos de recuperación. Desde 2021, con la iniciativa Mission: Recovering Education, en colaboración con UNICEF y el Banco Mundial, se han impulsado tres ejes prioritarios: el retorno a clases presenciales, la recuperación de aprendizajes y el apoyo docente.
El lema de este año, Promover la alfabetización en la era digital, pone sobre la mesa un reto clave: aprovechar la tecnología como complemento de la enseñanza presencial, no como sustituto. Experiencias de tutorías personalizadas, programas comunitarios y proyectos de alfabetización digital han mostrado resultados positivos, pero requieren continuidad, voluntad política y financiamiento.
Entre las acciones urgentes, la UNESCO plantea fortalecer los espacios físicos de las escuelas, garantizar infraestructura y conectividad universal, promover tecnologías abiertas, mejorar la formación docente en entornos digitales y salvaguardar la financiación pública de la educación.
Porque leer y escribir no son solo habilidades, sino las llaves que abren la puerta al conocimiento, a la participación social y a la libertad. “Ser cultos es el único modo de ser libres”, recordaba la organización. Y en ese camino, cada cuento leído, cada palabra escrita y cada aula fortalecida son pasos hacia un futuro más justo y equitativo.