
Una nueva generación de productos de salud natural ha irrumpido en el mercado doméstico con propuestas innovadoras: geles repelentes desarrollados en universidades y productos herbales dedicados al control de plagas como el dengue se han vuelto virales, al combinar accesibilidad, ciencia local y la demanda creciente de alternativas naturales.
En la Ciudad de México, estudiantes y académicos de la UNAM han desarrollado un gel repelente basado en plantas medicinales que busca ofrecer una alternativa de bajo costo para comunidades vulnerables. El proyecto, originado en la FES Zaragoza, integra extractos de citronela, eucalipto limón y aloe vera para fungir como repelente, antiséptico y calmante. El producto fue diseñado con criterios de formulación técnica, pruebas de tolerancia cutánea y equilibrio funcional.
Este gel universitario pretende cerrar una brecha en zonas donde los recursos para repelentes comerciales son escasos. Su precio estimado ronda los 12 pesos, una fracción significativa del costo habitual en el mercado tradicional para productos similares. La idea es que sea viable en contextos domésticos y comunitarios en áreas con alta incidencia de enfermedades transmitidas por mosquitos.
Más allá del caso específico de la UNAM, el interés por repelentes basados en extractos naturales ha sido objeto de investigación formal. En un estudio universitario del Estado de México se desarrollaron cinco productos (parche, spray cutáneo, jabón líquido, incienso ambiental) a partir de extractos de plantas como citronela, Artemisia ludoviciana y clavo, con eficacia demostrada en laboratorio frente a mosquito Aedes aegypti.
Sin embargo, los productos naturales enfrentan un desafío clave: su duración efectiva tiende a ser menor que la de los repelentes sintéticos. Investigaciones recientes señalan que aceites esenciales de citronela, eucalipto limón y clavo ofrecen efecto repelente, pero con volatilidad que reduce su tiempo de protección si no se reaplica con frecuencia.
En contraste, los repelentes sintéticos como el DEET continúan siendo referidos en estudios como estándar en eficacia. Por ejemplo, en Yucatán se ha documentado que repelentes con DEET al 25 % cumplen con protocolos de protección recomendada contra Aedes aegypti, mientras que alternativas botánicas no superan protección prolongada.
Para quienes deseen incorporar estas innovaciones a su rutina, conviene considerar algunas prácticas recomendables:
-
Verificar que el producto natural incluya pruebas de tolerancia cutánea y estudios de eficacia.
-
Aplicar cantidades completas y reponer el producto tras el período de protección estimado.
-
Usar de forma complementaria barreras físicas (mosquiteros, ropa protectora) especialmente en zonas de alta exposición.
-
Elegir productos con composición clara, sin ingredientes tóxicos y que utilicen envases seguros.
Estas innovaciones de repelentes naturales y geles universitarios representan una confluencia entre ciencia local, salud comunitaria y consumo informado. Si bien no reemplazan completamente los métodos convencionales, su accesibilidad y enfoque preventivo los posicionan como herramientas potenciales para reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por vectores en contextos residenciales y rurales.