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Cada año, entre finales de octubre y los primeros días de noviembre, México se llena de colores, aromas y sabores para honrar a los difuntos. Más allá del pan de muerto y las calaveritas de azúcar, cada región del país ofrece platillos únicos que conectan a los vivos con sus antepasados. Aquí te presentamos 7 platillos poco conocidos del Día de Muertos que debes probar:
- Mucbipollo (Yucatán)
El Mucbipollo es un tamal gigante de la tradición maya, relleno de carne de cerdo, pollo o pavo, envuelto en hojas de plátano y cocido bajo tierra en un horno llamado pib. Este platillo no solo es delicioso, sino que su preparación tiene un significado ceremonial, relacionado con la conexión entre los vivos y los muertos. - Atapakua (Michoacán)
Tradicional de la comunidad purépecha, el atapakua es un mole espeso que combina carne de cerdo o guajolote con verduras y frutas, preparado en salsa roja o verde. Su sabor profundo lo convierte en un platillo esencial de las ofrendas y celebraciones de Día de Muertos. - Corundas (Michoacán)
Pequeños tamales triangulares, las corundas se preparan especialmente para esta temporada usando ceniza en lugar de cal para la nixtamalización de la masa, lo que les da un sabor único. Son un acompañamiento clásico del atapakua y otras comidas purépechas. - Mole amarillo (Oaxaca)
Uno de los siete moles típicos de Oaxaca, el mole amarillo es un guiso versátil que puede acompañar pollo, cerdo o res. Se prepara con chiles autóctonos como el chilhuacle y el costeño amarillo, jitomate y verduras como ejotes y papas. Su sabor ligero y especial lo hace indispensable durante las festividades. - Cajeta de muerto (Centro y Sur de México)
Un dulce típico elaborado con camote morado y guayaba, a veces acompañado de piña, nuez o anís. Su consistencia similar a una compota se sirve caliente y se disfruta untada en pan de muerto, convirtiéndose en un postre familiar imprescindible. - Zacahuil (Huasteca)
El zacahuil es un tamal gigante que se cocina en horno de barro, hecho con masa, chile guajillo y carne de cerdo o pollo. Su tamaño y preparación simbolizan la conexión entre el mundo terrenal y el espiritual, y es un platillo que no puede faltar en las ofrendas. - Pavo en relleno negro (Yucatán)
Otro clásico de Hanal Pixán, este pavo se cocina con un relleno negro hecho de recados mayas, chiles y especias locales. Su sabor intenso y tradición ancestral lo convierten en un platillo ceremonial que honra a los difuntos durante el Día de Muertos.
En cada rincón de México, estos platillos muestran la riqueza cultural y gastronómica de la nación. Probarlos es más que disfrutar comida: es conectar con tradiciones milenarias y celebrar la vida mientras honramos a los que ya partieron.

