La muerte del alcalde de Uruapan, Carlos Alberto Manzo Rodríguez, ha puesto nuevamente en evidencia la gravedad de la violencia que enfrenta México y la urgencia de acciones contundentes contra el crimen organizado, afirmó Kenia López Rabadán, presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
En conferencia de prensa, López Rabadán lamentó profundamente el asesinato del exdiputado federal y edil, y expresó sus condolencias a su familia y a toda la comunidad de Uruapan. Pero, más allá de la conmoción, hizo un llamado claro: la violencia no puede determinar quién vive y quién muere, y los criminales no pueden seguir operando con impunidad.
“Estamos ante un punto de inflexión. México no necesita división ni señalamientos que favorezcan a los delincuentes; necesita unidad, trabajo conjunto y acción decidida para frenar a los cárteles”, subrayó la diputada, haciendo énfasis en que este crimen no debe repetirse en ninguna parte del país.
López Rabadán insistió en que se requiere una estrategia firme basada en inteligencia, coordinación entre autoridades y control financiero del crimen organizado. “Es necesario desarticular las células criminales, cortar los recursos que alimentan su poder y romper el pacto de impunidad que ha permitido que el crimen avance más rápido que la justicia”, destacó.
La presidenta de la Cámara recordó que los ciudadanos no merecen vivir bajo las órdenes del crimen organizado y que el Estado tiene la obligación de garantizar seguridad, paz y justicia. Según sus palabras, hechos como el de Uruapan deben ser el punto de partida para demostrar que México puede retomar el control de sus territorios y proteger la vida de quienes ejercen funciones públicas.

