La tensión en el mar Caribe vuelve a escalar. Estados Unidos interceptó otro buque petrolero sancionado en aguas internacionales, frente a las costas de Venezuela, como parte de una ofensiva más amplia del gobierno de Donald Trump contra el comercio energético del país sudamericano.
La operación ocurre una semana después de que Washington incautara un barco que había salido de Venezuela y confiscara el crudo que transportaba, de acuerdo con reportes de medios estadounidenses.
Qué se sabe de la intercepción
Según ABC News, que cita a tres funcionarios de Estados Unidos, la Guardia Costera está realizando la intercepción, aunque no se han revelado detalles sobre la identidad del buque ni el punto exacto del operativo.
Por su parte, NBC News informó que el ejército estadounidense está prestando apoyo logístico, incluyendo helicópteros que trasladan personal de la Guardia Costera hasta la embarcación y supervisan la operación desde el aire.
Hasta el momento, Donald Trump no ha emitido comentarios oficiales sobre este nuevo despliegue.
Bloqueo petrolero y presión directa a Caracas
La intercepción se da en un contexto de endurecimiento de medidas contra Venezuela. En las últimas semanas, el presidente Trump ordenó un bloqueo total a la entrada y salida de buques petroleros sancionados, reforzando la política de máxima presión sobre el gobierno venezolano.
El mandatario republicano también aseguró que Venezuela despojó ilegalmente a empresas estadounidenses de derechos petroleros.
“Nos quitaron todos nuestros derechos energéticos. Nos quitaron todo nuestro petróleo. Lo queremos de vuelta”, declaró Trump el miércoles pasado desde la base aérea Andrews, en las afueras de Washington.
Un mensaje geopolítico en aguas internacionales
La reiteración de intercepciones en aguas internacionales del Caribe envía una señal clara sobre la estrategia de Estados Unidos: limitar el flujo de crudo venezolano, presionar financieramente al país y marcar control naval en una zona clave para el comercio energético regional.
Analistas señalan que este tipo de acciones podrían incrementar la fricción diplomática y elevar el riesgo de incidentes marítimos, en un escenario ya marcado por sanciones, bloqueos y disputas por recursos energéticos.
Con esta nueva intercepción, Estados Unidos refuerza su ofensiva contra el sector petrolero venezolano y mantiene la presión sobre Caracas en el mar Caribe. Mientras no se revelen más detalles del operativo, el mensaje político y militar es contundente: Washington no aflojará el cerco energético.